MARTA (51 años)

Nunca imaginé que pudieran existir emociones tan fuertes como para cambiar mi vida, y esto fue lo que me sucedió en Medjugorje.

Esta experiencia fue vivida anteriormente por unos familiares y las maravillas que llegaban a mis oídos me provocaban mucha curiosidad sin saber que la oportunidad me llegaría en breve y fue al año siguiente, cuando sin dudarlo dije sí.

Es muy difícil expresar lo que sentí, fueron momentos de verme envuelta por completo en la gracia de nuestra Madre, momentos de oración y meditación, momentos de conversión y momentos de esa paz y desconexión que tanto necesitaba. Hasta que no vas a Medjugorje no tomas conciencia de la importancia de los mensajes de la Virgen y es en este lugar donde te das cuenta de lo que realmente Dios quiere de ti.

Sin que nadie me lo tenga que proponer, volveré a hacer esta peregrinación siempre. ¡¡¡Gracias Madre por todo!!!